INTRODUCCIÓN
“El hombre que mueve montañas comienza cargando pequeñas piedras.” Confucio
En los últimos años debido, principalmente, al desarrollo que se ha producido en el campo de la informática aplicada al ajedrez, es extraño encontrarnos con jóvenes que hayan leído algún libro relacionado con la cultura ajedrecística (más allá, claro está, de los monográficos dedicados a las aperturas).

En términos generales, existe poca cultura ajedrecística entre los más jóvenes y, por extraño que parezca, muchos no conocen de jugadores de la talla de Reti, Rubinstein o Bronstein.

Ni que hablar de anécdotas o acontecimientos importantes que han sucedido en la historia del ajedrez, incluídos Campeonatos del Mundo. Conocer la historia de nuestro deporte nos va a dotar de elementos y recursos importantes para comprender y disfrutar más todavía de las actuales partidas y eventos que se producen a lo largo del planeta.

En este artículo, dedicado a los padres, madres y entrenadores, me gustaría dar algunas pequeñas claves para motivar a los jóvenes ajedrecistas en su interés por la historia y la cultura.

No pretendo dar una lista de consejos inamovibles para conseguir un objetivos determinado, sino más bien compartir algunas ideas sobre cómo podemos motivar y qué recursos tenemos a nuestra disposición para llevar a cabo esta tarea.

 
APRENDIZAJE VICARIO
Aprender observando
Como he mencionado en el encabezamiento, la informática ha sufrido un auge estratosférico en el mundo del ajedrez. Pocos deportes han sufrido cambios tan drásticos en sus planteamientos con la introducción de la informática.

Los más jóvenes no han sido ajenos a estos cambios y los han incorporado, en ocasiones, en detrimento de otro tipo de aprendizaje mucho más productivo. Los libros clásicos se han visto relegados a un lugar secundario o, directamente, han desaparecido del día a día.

Pero, ¿podemos hacer algo para motivar el estudio? ¡Por supuesto!

Antes de continuar, me gustaría citar un tipo de aprendizaje muy importante y que muchas veces se  pasa por alto: el aprendizaje vicario.

Imagínese dos habitaciones separadas por un cristal-espejo. De un lado, un muñeco de plástico está siendo golpeado repetidamente por un adulto. Del otro, varios niños y niñas entre 3 y 5 años observan la escena. Transcurridos unos minutos, el adulto se marcha y los niños entran la habitación donde, además del muñeco de plástico, hay una gran cantidad de juguetes atractivos para ellos.

Se pensaría que los niños y niñas cogerían cualquier juguete pero, por contra, mostraron un comportamiento igual, o mayor, de agresivo como el del adulto con el muñeco olvidando el resto de juguetes.

Este experimento, llevado a cabo entre 1963 – 1964 sirvió de punto de partida de lo que posteriormente se denominaría “aprendizaje vicario” o “aprendizaje por observación”.

En multitud de estudios posteriores se ha reafirmado la importancia del aprendizaje por observación. Es decir, existe un tipo de aprendizaje que viene de la observación y que, los niños y niñas, tienden a repetir lo que hace ese modelo.

Pero, ¿a qué viene la explicación de este experimento para el caso del ajedrez?

 
AYUDAR A LOS JÓVENES, HACIENDO
Cómo lograr el cambio que queremos
Muchos padres y madres son también aficionados al ajedrez: algunos empezaron cuando vieron lo que les gustaba a sus hijos, otros ya tenían la afición desde hace mucho tiempo, algunos otros siguen con interés las competiciones y la actualidad, etc.

Lo que propongo es que nuestros hijos nos “vean” también disfrutar con un libro de ajedrez, que nos puedan observar mientras reproducimos algunas partidas o mientras estamos inmersos en la resolución de alguna posición. No es necesario dedicarle varias horas al día, simplemente, tomar algún libro relacionado con el ajedrez y leerlo. Por puro interés.

Otra tarea que yo mismo he utilizado en muchas clases con alumnos y alumnas a partir de 9 años con mucho éxito ha sido un juego para conocer a un determinado jugador.

Por ejemplo, elegimos varios jugadores que hayan sido importantes en la historia del ajedrez y les damos uno a cada alumnos de la clase. Con el jugador, les dejaremos también un libro donde van a poder encontrar información sobre su vida, sus partidas, etc.

A partir de aquí, podemos pedirles varias tareas como que indaguen sobre cómo fue la vida del jugador: dónde nació, a qué edad comenzó a jugar, cuándo ganó su primer torneo de ajedrez, etc.

Y también podemos pedirles que elijan una partida suya, la estudien y la muestren al resto de la clase, es decir, por un momento serán ellos mismos los maestros de la clase (este recurso es muy motivador para los más jóvenes).

Hay multitud de variantes sobre este pequeño juego, pudiendo poner a los alumnos por parejas o pequeños grupos a fin de que entre todos elaboren la tarea.

Suele ser una dinámica donde ellos se muestran muy motivados y que les ayuda a descubrir anécdotas y datos sobre los jugadores difíciles de encontrar en otros lugares. Aquí, la tarea del profesor de selección del material es vital para el buen funcionamiento y aprovechamiento de la clase.

También me gustaría proponer otra actividad relacionado con la anterior. En esta, explicaremos una posición (de nuevo, que hayan sido importantes en la historia del ajedrez) y les ofreceremos a los alumnos material para que ellos investiguen y nos digan todo lo referente a la partida: dónde se jugó, entre qué jugadores, qué año, etc.

 
A MODO DE CONCLUSIÓN
Para finalizar, es importante que los alumnos cuenten con un “libro de texto” de ajedrez, pudiendo ser este uno de los que existen en el mercado o algún material concreto elaborado por el propio profesor.

Este libro se irá trabajando a lo largo del curso y será un apoyo para las clases y un motivador para que los alumnos trabajen sobre el papel y en casa materiales de ajedrez. 

Estas son solo algunas tareas que se pueden emplear para motivar al alumno en el estudio y aprendizaje del ajedrez, no solo durante las clases, si no también en casa.

Como comenté al principio, este artículo no pretende ser una guía inamovible acerca de qué tareas utilizar sino, más bien, un acercamiento sobre algunas actividades que podemos hacer para motivar a los alumnos tanto en el estudio del ajedrez como en la lectura del mismo.

Es importante, sin embargo, que el profesor esté atento y sepa captar las cualidades y habilidades de sus alumnos a fin de proponer tareas significativas para ellos.